viernes, 12 de mayo de 2017

¡NO TODAS LAS PERSONA NOS DEJAN!

¡NO TODAS LAS PERSONA NOS DEJAN!

Hay días que se cargan de recuerdos más de lo habitual, que se llenan de nostalgia, que la añoranza se apodera de mí para decirme, una vez más, que ese alguien que fue parte fundamental en mi vida, ya no está como solía hacerlo… y sí, el corazón se me encoje, me vuelve a doler, quizás con menos intensidad, como si el tiempo fuese diciéndome que sí puedo vivir sin esa persona, que no hace falta verlo o escucharlo para saber que sigue justo aquí, habitando mi corazón.

Experimentar la pérdida física de alguien que queremos es una de las cosas más desgarradoras que nos puede pasar… cómo cuesta asimilar la idea de no poder abrazar a quien se sigue amando… cómo duele no poder ver su cara...

Asimilar la ausencia, aprender a estar sin esa persona, experimentar el vacío que deja alguien que amamos, sólo es posible a través del amor. Siento que, aunque no puede abrazarme, me sostiene y me cuida de una forma inexplicable.

Ciertamente hay días en los cuales lo único que me reconfortaría serían esas palabras que solo él podía pronunciar, ese cálido abrazo, esos besos que evaporarían mis lágrimas y me harían dibujar una sonrisa… En esos días me esfuerzo por recordar sus palabras, su voz, recordar lo que sentía en cada momento. Sigo atesorando sus recuerdos, para no olvidar nada, para poder acudir a ellos cada vez que mi corazón necesita consuelo.

Luego otros días, cuando estoy más serena, me doy cuenta que es una separación física, y que la separación de almas no existe entre aquellas que se aman… Me doy cuenta que mi corazón está en constante contacto con quienes amo, estén donde estén… Y así sencillamente, sé que tanto él como mis seres queridos que se han ido antes que yo, no me han dejado, están conmigo… son eternos.